• Violencia física: El agresor o agresora utiliza el miedo y la agresión física, para así paralizar a su víctima, generando daño corporal con golpes, halones, empujones, cortadas, ya sea con sus manos o con armas u objetos. 

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• Violencia psicológica/emocional: Es aquella cuyo objetivo principal es lastimar y herir las emociones de la otra persona, por medio de humillaciones, amenazas e insultos. El comportamiento del agresor puede ser errático, impredecible y/o contradictorio. Por ejemplo, puede alegar que nunca dijo algo que la víctima asegura haber oído. 

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• Violencia sexual: Se refiere al hecho de tener cualquier tipo de contacto sexual de manera obligada o no consentida. 

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• Violencia económica: Se refiere al control y dominio total de lo financiero. En estos casos el agresor que provoca este desequilibrio impone restricciones de tipo financiero, incluso puede no permitir que su pareja goce del beneficio de su trabajo. 

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• Violencia social/ambiental: Les agresores pueden tratar de aislar a la víctima, separándola de su familia y amigos. El abuso aumenta de intensidad mediante una dependencia económica forzada. Estas tácticas están diseñadas para controlar y limitar el medio ambiente de la víctima, así como su acceso a una red social, para que el abusador pueda controlarla. Estas formas de abuso ocurren también al nivel de la sociedad, cuando no se reconoce el problema o culpan a la víctima.