[San Juan, Puerto Rico. 29 de agosto de 2022] Desde 2019, Alba Toro Rivera, mujer ciega total, reclama a la Autoridad Metropolitana de Autobuses que atienda con premura, rigor y dignidad su denuncia sobre acoso sexual cometido contra ella por uno de los conductores del programa Llame y Viaje. Alba ha agotado todos los recursos razonables para que la AMA y otras agencias encargadas de garantizar un espacio seguro, protegido y libre de avances de índole sexual tomen las medidas necesarias y urgentes para manejar estos casos. Este acoso es aún más violento, por tratarse de una mujer que, debido a su impedimento visual, está imposibilitada de saber si su acosador está cerca, sino cuando escucha su voz, -lo que implica que se encuentra a una proximidad suficiente como para alcanzarla físicamente.
Como en otras manifestaciones de violencia de género, en este caso el conductor aumentó la severidad de su transgresión contra Alba cuando se hallaba en el vehículo oficial del servicio para personas con impedimento y personas viejas, por tratarse de transporte adaptado para estos fines. Lo más alarmante de esta situación es la indiferencia con que la administración, la alta gerencia de la AMA, la Oficina de la Procuraduría de las Mujeres, y otras agencias han desestimado la gravedad del acoso sexual y, como efecto, la impunidad con que campean los acosadores cuando se somete una querella en el gobierno de Puerto Rico.
Pero Alba no está sola. Luego de ver cómo el procedimiento implantado por la AMA desde que Alba denunció este atropello es insuficiente, sabemos que Alba no estaría en un espacio seguro; la han asignado a su acosador en cuatro ocasiones, tres de ellas desde marzo de 2022. Si la AMA no puede garantizar la seguridad de Alba, la sociedad completa está llamada a prevenir que no se convierta en un caso más de violencia de género, como los miles que se registran en Puerto Rico anualmente.
Por eso, somos los ojos de Alba.
Ante la respuesta vaga que obliga a Alba a enfrentar nuevamente el trauma de que la transporte su acosador, la AMA incumple con el estado de derecho, que exige a los patronos contar con e implementar la política contra el hostigamiento sexual. Nos unimos a Alba en su reclamo para que cualquier querella de acoso sexual sea investigada y atendida de manera expedita por la AMA, y que dicho proceso cumpla con todos los requerimientos establecidos por ley. Además, exigimos que cada conductor/conductor/conductore sea adiestradx recurrentemente sobre la política pública contra el hostigamiento sexual, sin eufemismos, llamando al problema por su nombre, sobre todo si se trata de conductores querellados. Exigimos que quienes dirigen y manejan el programa Llame y Viaje tomen todas las acciones necesarias para enviar un mensaje inequívoco de que la agencia repudia cualquier práctica constitutiva en acoso sexual y que garantice un espacio seguro para las personas con impedimento, personas viejas y todas las personas que usan el servicio de cualquier manifestación de discrimen.
La dignidad de los seres humanos es inviolable. Esta administración gubernamental y las agencias llamadas a velar por los derechos de sus ciudadanos/as, deben asumir sus deberes ministeriales y cumplir con los estatutos que garantizan los derechos de las personas. Es urgente, particularmente en la crisis por violencia de género que llevamos años sufriendo.
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